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Los dispositivos de terapia de ondas de choque se basan en la tecnología de ondas radiales de baja energía no enfocadas, que es un tipo de onda sonora que transporta alta energía a los puntos de dolor y al tejido fibroso o musculoesquelético en enfermedades subagudas, subcrónicas y crónicas.
Esta energía favorece los procesos de cicatrización, regeneración y reparación de tendones y tejidos blandos. Se ha demostrado científicamente que las ondas radiales de baja energía no focalizadas tienen un gran impacto en la estructura del colágeno y el tejido conectivo de la piel, mejorando la circulación sanguínea y el metabolismo de las células grasas. El masaje mecánico reduce los edemas y mejora el drenaje linfático. Estimula la formación de colágeno mientras que la piel se vuelve más elástica y su reafirmación se puede apreciar después de unos pocos tratamientos.

Una onda de choque es una onda de presión: cualquier cosa que mueva el medio a su alrededor es una onda de choque. Cuando se arroja una piedra a un estanque, las ondulaciones creadas se denominan ondas de choque. La onda de choque utilizada en la medicina equina se genera en un medio fluido dentro del cabezal del transductor y luego viaja fácilmente a través de la piel, la grasa y el músculo. Las ondas de alta energía se concentran dentro del cabezal del transductor para que la onda de choque pueda dirigirse al área precisa de la lesión. Cuando una onda de choque golpea un área con una alta impedancia acústica, como el hueso, la onda de choque se ralentiza drásticamente y se libera una gran cantidad de energía en el tejido circundante.